¡Hola! Tras una visita a la fábrica de Ambar, para conocer sus cervezas ambiciosas, y especialmente la ambar roja, una lámbica con cereza ácida, nos desplazamos a Huesca par disfrutar de un menú en Tatau Bistro, primer gastrobar con estrella michelin, que conserva desde 2015.
Me hubiera gustado incluirlo cuando hice el vídeo de Cosas que hacer en Huesca cuando tienes hambre, pero estaba cerrado por cambio de ubicación.
El nuevo local conserva el espíritu del original, con barra, mesas altas con taburetes y una buena oferta de tapas y, además, cuenta con un comedor amplio, más cómodo, donde disfrutar de Tatau con más tranquilidad.
Se puede pedir carta o elegir entre dos menús degustación, uno a 40 euros y el otro a 100. Soy muy de barra y prefiero la informalidad, así que con una ensaladilla, unas bravas y alguna otra cosa, hubiera sido feliz. Pero se trataba de conocer su cocina y desfrutarla maridada con las ambiciosas, así que fue el menú largo.
Empezamos con los aperitivos en la barra. Excelente la Gilda, un pintxo del que no me canso. Aceitunas, piparras y anchoa. Salada y un poco picante, como Rita Hayworth en la película.
Después, un cono de pasta brick relleno de tártar de trucha de El Grado y ralladura de mojama. El aperitivo que más me gustó. Un buen ejemplo de lo que es Tatau, buena técnica y buen producto.
Tonino Valiente, cocinero y propietario junto a su pareja, Arancha Sainz, estudió en la Escuela Hofmann y considera a Carles Gaig su maestro. La fina coca de sardinas soasada es un reflejo de esas influencias.
También se hace evidente que es un cocinero de Barcelona en Huesca. La brava se presenta con dos salsas, una picante y un allioli. Si echáis un vistazo al vídeo de Las mejores patatas bravas de Barcelona, veréis que es como se suelen hacer allí.
En Tatau la patata está crujientísima por fuera y tierna por dentro. Con la opción de subirle el picante con el aceite que te sirven por separado. Muy ricas.
Ya en la mesa, empezamos con un tártar de bonito con caviar Baeri Gold. Dos bocados de textura muy tierna y tres sabores básicos que combinan bien.
Éramos nueve comiendo, el equipo de Ambar y los que nos dedicamos a la gastrofarándula. La verdad es que no pude hacerles mucho caso, pero me entienden.
A Paco, de LazyBlog, lo que más le gustó fue la papada del plato de Viera XL con papada y celerí. Crujiente y suave, un mar y montaña que funciona. La verdad es que me sorprendió la cantidad de platos que mezclaban productos del mar y de la tierra. Podría ser otra de las señas de identidad de Tatau.
Afortunadamente, ya no quedan restaurantes de gama media/alta que no cuiden el pan. Tienen incluso uno hecho con bagazo. Nos contaba Antonio Fumanal, maestro cervecero, que este subproducto, restante de la cebada malteada una vez hecha la cerveza, es rico en fibra, sin colesterol y bajo en grasa.
A continuación, el bogavante en tres servicios. Tres platos con el mismo protagonista elaborado de formas diferentes. Primero, una especie de salpicón suave. Después la cola con un pisto de sabor intenso. Otro mar y montaña. Un plato con fuertes contrastes. Y, finalmente, la pinza en salsa.
Una buena manera de sacar todo el potencial al producto gracias al buen hacer del cocinero. Todas las cocciones estaban en su punto. Ni me imagino el trabajo que hay detrás de cada uno de estos platos.
Más mar y montaña. La espardeña con lengua a la brasa. No solo hay del mar y de la tierra, también un producto noble, como la espardeña, servido con casquería, la lengua. Mezcla de sabores y texturas con buen resultado.
Acabamos con el pichón de Araiz en dos cocciones. El sabor único de esta carne, su ternura y una salsa que pide pan, fue un buen final antes del postre.
El chocolate sexy son dos platos en los que se combinan diferentes elaboraciones, todas a base de chocolate. Un festival de texturas ideal para golosos.
En Huesca, una ciudad con poco más de cincuenta mil habitantes, tienen tres estrellas michelin. Dice mucho de los clientes.
Me quedo con ganas de porbar la ensaladilla, así que habrá que volver.
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Todo empezó en 2007. Mi tío, que por entonces nos divertía con su blog «Desde Mi Cocina», me envío un vídeo de Robert Rodríguez. Resulta que el conocido director de cine, en los extras de sus DVDs incluía vídeo recetas. Se le veía en casa, preparando una cochinita pibil. Era un formato informal, directo y breve, pensé que algo parecido podría funcionar en youtube. Subí mi primer vídeo, una receta de tortilla de patatas, se hizo viral y aquí seguimos. Desde Tarragona, compartiendo recetas y experiencias gastronómicas de todo tipo.
Menudos homenajes te das últimamente. Haces bien. Muy interesante esa gilda. Yo q soy de Donosti, me encanta ver q la ponen en tantos sitios. Que grandes!!!