Estos días en Madrid Fusión demasiado cocinero promocionando productos que jamás comprarían, ni para ellos ni para sus restaurantes. Entiendo que el negocio no va bien, pero hay ciertos límites.
Actualización: Esta mañana he coincidido con Andoni Aduriz, de Mugaritz, en un evento en la Fábrica de Estrella Damm, en Barcelona. Hamos estado un buen rato charlando y, tras la agradable conversación, creo necesario actualizar esta entrada.
Lo primero que quiero señalar es la buena predisposición de Aduriz para discutirlo. Hay demasiada gente que no sabe discrepar y da gusto encontrarse con alguien que defiende apasionadamente lo que piensa, pero acepta que haya otras posturas.
¿Cómo argumenta su postura? Parte de que existe un problema. La gente no tiene tiempo, ganas o conocimiento para realizar ciertos platos, así que él -su equipo- ofrecen una solución.
Ya sabéis que soy de la opinión de que es muy importante que sigamos cocinando. Sino, quedaremos en manos de la industria, que se rige por intereses que, como vemos día sí y día también, no están orientados al bien común.
Si en lugar de aprender a hacer churros, compramos una mezcla preparada, perdemos el control sobre las materias primas y, en general, nos exponemos a ingredientes menos sanos. Además, con el tiempo, perdemos la capacidad de hacerlos. Olvidamos que lo sabíamos hacer.
Ante esto, Aduriz argumenta que nuestro trabajo es controlar a la industria o, como es su caso, colaborar para asegurarse de que los ingredientes que utilizan son saludables. Como ejemplo, ha comentado que en una colaboración con Pescanova consiguieron que abandonasen ciertos tipos de grasas en sus productos.
También afirma que lo que está provocando esta tendencia es el progreso. Es hacia donde vamos. En lugar de resistirse, decide intentar que los productos sean mejores de lo que podrían ser si él -su equipo- no participase. Estoy escribiendo de memoria, pero ha dicho algo así: los que estamos en posición de hacer algo, tenemos que hacerlo.
Desde ese punto de vista, mi postura es inmovilista. Soy conservador. Un ludita. Estoy exagerando. A pesar de que entiendo su postura, me resisto. Es una batalla perdida, lo sé. La quinta gama hace estragos. Tal vez sería más efectivo trabajar por una quinta gama más sana, que no nos haga obesos, como ahora, que pretender que sigamos cocinando como siempre por los siglos de los siglos (el «como siempre» se refiere a los últimos 50 años, claro :).
La cosa ha acabado con un buen apretón de manos. En realidad, estamos de acuerdo en la mayoría de cosas, pero yo he acabado con un «yo no lo hubiera hecho» :-)
Sobre la quiche, en su día hice una receta similar, pero con la masa comprada. A ver qué os parece así.
Espero que os guste. Abrazos.
Quiche de queso brie y jamón cocido
Ingredientes
- 200 g de harina
- 100 g de mantequilla
- 50 ml de agua
- 1 pellizco de sal
- 3 huevos
- 200 ml de nata líquida
- 25 g de mantequilla
- 100 g de queso brie
- 100 g de jamón dulce
- Pimienta y sal
Instrucciones
- En un bol grande ponemos la harina, el pellizco de sal y los 100 gramos de mantequilla y lo mezclamos bien. Esto es mejor si lo hacemos con la batidora.
- Cuando no quedan grumos de mantequilla, añadimos el agua y formamos una bola compacta. La envolvemos con papel film y la metemos en la nevera durante 40 minutos.
- La sacamos y la extendemos con un rodillo. No importa que se quiebre, la podemos reconstruir.
- En un molde de pastel, con papel de horno en la base o con mantequilla, la extendemos con unos bordes de unos dos o tres centímetros, en función de la medida del molde.
- En un bol ponemos los huevos, la nata, la mantequilla derretida, un pellizco de sal y pimienta y lo batimos bien.
- Sobre la masa ponemos el queso brie cortado en lonchas y el jamón cortado en cubos y lo cubrimos con la mezcla.
- Lo metemos en el horno, que está precalentado a tope y lo bajamos a 180ºC. Lo dejamos una hora con calor sólo abajo. Si no toma color arriba, los últimos 10 minutos ponemos calor arriba y abajo.
- Lo dejamos enfriar antes de servirlo.
Tiempo de preparación: 25 minuto(s)
Tiempo de cocción: 1 hora(s)
Número de comensales: 4
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Quiche con masa comprada
Todo empezó en 2007. Mi tío, que por entonces nos divertía con su blog «Desde Mi Cocina», me envío un vídeo de Robert Rodríguez. Resulta que el conocido director de cine, en los extras de sus DVDs incluía vídeo recetas. Se le veía en casa, preparando una cochinita pibil. Era un formato informal, directo y breve, pensé que algo parecido podría funcionar en youtube. Subí mi primer vídeo, una receta de tortilla de patatas, se hizo viral y aquí seguimos. Desde Tarragona, compartiendo recetas y experiencias gastronómicas de todo tipo.
Hola CocineroFiel, tienes pensado subir algún video, crónica u/o análisis sobre Madrid Fusión. La verdad es que agradecería que alguien como tu nos comentara cómo fue.
Un saludo
Hola Borja, estuve muy poco tiempo. Te recomiendo las entradas de Philippe Regol al respecto: http://observaciongastronomica2.wordpress.com/2013/01/25/madridfusin-2013-i/
Txaver, no entiendo tu desdén con la propuesta de Aduriz.
Él ya ha explicado que es pun producto de IV o V gama, destinado a consumidores o a restaurantes de no grandes pretensiones. Y él mismo ha explicado que él los consume en su casa para su familia.
¿Los has probado? ¿Te paracen malos? ¿Te parece mala idea?
Con lo que has dicho, la cosa queda como una crítica gratuita sin mucho fundamento, la verdad. Una lástima por tu parte.
Hola Alfonso,
Primero, admiro mucho tanto a Aduriz como a Tejedor, pero en esto creo que se equivocan. También espero que se asuma la discrepancia con normalidad. Simplemente, no estamos de acuerdo.
Finalmente, si uno se ha pasado por este blog en más de una ocasión, sabrá lo que opino sobre la quinta gama en general y sin excepciones y como lo he explicado tantas veces, en esta entrada decidí no repetirlo.
Mi comentario no es en ningún caso gratuito, simplemente considero que esta tendencia nos deja en manos de la industria alimentaria que está en manos de «los mercados», si, esos mercados. Abzs
Hola Alfonso y Txaber.
Coincido con Txaber en que aunque haya crisis es una lástima que grandes cocineros tengan que recurrir a publicitar productos de este estilo…
Y en mi caso yo sí he probado productos similares, pues mi marido es menos cocinillas o más «atrevido» que yo. Y ya no es sólo que el resultado sea de deprimente a nefasto, si no que es leer la lista de ingredientes y darte ganas de ir al hospital a que te hagan un lavado de estómago.
Evidentemente, para gustos y sabores… Y obviamente el trabajo es trabajo… Pero eso no quita que nos pueda parecer mal.
Saludos a ambos.
Txaber, comparto tu opinión y disiento con Alfonso, pues no me parece que la tuya haya sido una crítica gratuita, pues es coherente con lo que venís diciendo en distintas partes desde hace bastante tiempo.
Los nombres de star-chefs promocionando productos de mediocre calidad, pero consumo masivo, es algo que también ocurre aquí, en la Argentina. Negocios son negocios…
Sería interesante que desde algunos star-chefs se comience a promocionar, no ya 4ta o 5ta gama, sino productos de mercado. Volver al producto y dejar de lado el proceso, que para circo ya tenemos a la política.
Poner el eje, la receta y la técnica en el producto, no en proceso ni, mucho menos, en el cocinero. Ahí está, me parece, el asunto fundamental.
Cuando un Madrid Fusión se haga en la plaza de un mercado, con productos naturales y sin artilugios ni fuegos de artificio gastronómico, recién ahí las cosas estarán volviendo a su curso.
Saludos desde Buenos Aires
Ah, un plato livianito. Con una porción podría alimentarse durante una semana un país de pequeñas dimensiones. Pero la verdad es que parece muy rico.
Hola. No tengo por costumbre entrar a comentar en estos templos, de modo que voy a ser breve. Digamos que telegráfico. Aduriz->fábrica de churros en espray->generosíiiiiiissma ayuda del gobierno vasco (el anterior) para montar la fábrica/chorrada.
Dejo a un lado -aunque no lo parezca- las pintorescas atribuciones de nuestro cocinero/filósofo sobre el rol del cocinero en el control de la industria (¿¿¿???) y dejo aún más a un lado el hecho de que, ya puestos -y suponiendo que ese rol fuese algo más que una fantasía interesada- no le vendría mal, por ejemplo, ejercer el dichoso control sobre las prácticas de bienestar animal de sus proveedores, o tener mucho cuidado con la definición de «ecológicos» de los prductos de su huerta.
La pregunta del millón es ¿Habría puesto en marcha la fábrica de no mediar la ayuda pública?
¡Grandioso! Gracias por compartir esta maravilla. Se me ha hecho la boca agua con sólo verla. Creo que me llegó hasta el olor. La reproduciré con todo el éxito que pueda. ¡Un saludo!
hola queria preguntarte si el queso bride esees queso de cabra… Saludos
Por cierto, coincido plenamente contigo, Txaber: me parece que no podemos caer en la comodidad de que otros hagan las cosas por nosotros, sin saber qué es lo que nos estamos metiendo en el cuerpo. Una cosa es ser innovador y experimentar (eso es necesario, si no nos habríamos quedado siglos atrás en cocina), y otra muy distinta caer en una cocina de laboratorio y rozar lo ridículo. No es mi intención ofender a nadie. Es simplemente mi opinión, tan válida como la de cualquiera.
Me parece que cocinar es un placer y algo básico. Sabiendo, además, lo que cocinamos y que lo que comemos depende enteramente de nosotros, que hemos escogido la materia prima.
Me parece también (y con esto ya acabo) que debemos pasarnos más por los mercados y menos por las grandes superficies, y no digo con esto que dejemos de ir, sino que hemos perdido la capacidad de reconocer la frescura y la calidad (aunque cuesten un poco más) y el trato cercano.
¡Un saludo a todos los amantes de la cocina!