¡Hola! A veces no está muy claro lo que es progreso y lo que no lo es. Determinadas prohibiciones son consideradas progresistas por unos y retrógradas por otros. Como ejemplo, la Ley Anti-Tabaco. Para mi, no hay ninguna duda de que es un avance y, en cambio, hay quien lo ve como un retroceso en la libertad individual. Pero hay ejemplos más interesantes.

Por Tarragona ciudad, me desplazo en bicicleta. Es más rápido y se evitan los problemas de aparcamiento. No es un medio de transporte popular, porque la ciudad está llena de subidas y bajadas, así que no hay carril bici. Hay quien lo reivindica, incluso hay un grupo en facebook, «Queremos carril bici en Tarragona«. Sin embargo, yo prefiero que no lo haya.

Me explico. Ahora mismo, cuando cojo la bici, soy vehículo o peatón en función de mis intereses. Suelo ir por en medio de la Rambla sin ningún cargo  de conciencia. Algunos ancianos me riñen, pero eso me hace sentir joven, así que me gusta. Si hubiera carril bici, tendría que utilizarlo. De esta manera, me siento más libre. Para mi, en las circunstancias actuales, el carril bici supondría una pérdida de libertad individual.

Otro ejemplo curioso lo vi en una noticia publicada en El País. Resulta que hay un proyecto europeo que propone retirar los semáforos para aumentar la seguridad. Aquí, lo normal es que pongan un semáforo en un paso de peatones cuando se ha atropellado a alguien. Lo inteligente hubiera sido hacerlo antes de que sucediera. Pero hay otras soluciones, os recomiendo la lectura: Por su seguridad, quitamos los semáforos.

Para acabar, cocinar nos hace libres. Saber cocinar nos resta dependencia de la industria alimentaria. Es mejor depender del pequeño agricultor que de una industria gigante. Por eso debemos estar atentos al tipo de leyes que se aprueban al respecto. Especialmente las que permiten «patentar la comida» que son realmente reaccionarias.

A ver qué os parece esta receta. Creo que vale la pena probarla. Espero que os guste. Abrazos.

Pollo marinado estilo jamaicano

Ingredientes

  • 4 pechugas de pollo
  • 1 cebolla
  • 30 g de jengibre fresco
  • 1 cucharada de pimienta jamaicana
  • 1 cucharada de pimienta en grano
  • 1 cayena en rama
  • 1 cucharadita de tomillo fresco
  • 50 ml de vinagre de vino blanco
  • 100 ml de salsa de soja
  • Sal

Instrucciones

  1. En un molinillo de café, que usamos sólo para este tipo de cosas, molemos la pimienta en grano, la jamaicana, la cayena, el tomillo y un pellizco de sal.
  2. Lo ponemos en una batidora eléctrica y añadimos el jengibre, la cebolla pelada y troceada, el vinagre y la salsa de soja. Lo trituramos todo.
  3. Lo volcamos en un bol y añadimos la pechuga de pollo cortada en filetes, asegurándonos que se impregnan bien. Lo cubrimos con papel film y lo dejamos en la nevera un mínimo de ocho horas.
  4. Pasado ese tiempo, ponemos una plancha al fuego y hacemos la pechuga, cubriéndola con la marinada hasta acabarla.
  5. Lo retiramos y lo servimos, en esta ocasión, con arroz basmati y coles de Bruselas.

Tiempo de preparación: 20 minuto(s)
Tiempo de cocción: 15 minuto(s)
Número de comensales: 4

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